Un viaje relámpago al paraíso (y a la Riviera de Carolina San
Ok. Esto llegó tarde a escribirse por aquí, pero de verdad que no puedo dejar de contarte. Este brand trip junto a Carolina Sanz ha sido una de mis experiencias más top con una marca, y qué chulo que sea con una dominicana.
Todo empezó en la boutique de Carolina Sanz, que por una mañana se convirtió en un café francés lleno de flores, detalles bonitos y ese aire de verano europeo que tan bien le queda a su colección: Caribbean Riviera. Días antes habíamos recibido un top de la colección —spoiler: todas lo usamos ese día como uniforme no oficial— y desde ahí arrancó lo que sería un brand trip soñado.
Desde allí salimos hacia nuestro hogar por una noche, en Cap Cana. En el autobús nos esperaban bolsitas preparados con snacks de Casa Diccia y un bar charm que am. Detalles que gritan: esto no es un viaje, es una experiencia.
Llegamos a una casa de película: la Villa Juanillo 39 gracias a Aides Real Estate Cap C, con un jardín infinito y playa privada. Y ahí estaban ellas, flotando como si el viento las estuviera presentando: las piezas de la nueva colección de Carolina Sanz y la razón de este viaje: el lanzamiento de Caribbean Riviera… el Caribe y la Riviera Francesa en modo pasarela natural.
El intermedio
Nos entregaron nuestras habitaciones. ¡Esta villa es inmensa! A algunas les tocó compartir (team building style), otras, como yo, dormimos solas pero hice girl talk mientras me arreglaba con mi vecina: Kat Collado, a.k.a, La Comparona. En la cama estaban expuestos los goodies de marcas que merecen mención especial. Había de todo: productos de belleza de Moroccanoil y Avène, detalles de la marca Singularist, sandalias de Isola, aromas de Casa Presice, entre muchas cosas más. Todo pensado al detalle.
También nos esperaba ahí expuesto como una obra de arte, el vestido para de la nueva colección que usaríamos para la cena.
El almuerzo fue obra de Sarena: buffet delicioso, mesa larga tipo editorial de revista, y conversación sabrosa. Y todos los arreglos de esos días, fueron elaborados por una marca local: Be My Flora. ¡Yo amo sus creaciones! Luego: tardeo en la piscina con tequila, snacks, pareos de regalo (gracias, Caro), y la opción de un masaje. Sí, esto seguía siendo real. Todas vestidas con los bañadores de otra Carolina que amo: Socías.
Para la cena nos pusimos los vestidos —todas on theme, todas fabulosas— y nos esperaba un festín preparado por Prime Foods, cocinado en casa y servido como si fuésemos todas main character. Después: fiesta con Miguel cantando covers, bailes bajo las estrellas y momentos para recordar.
De las cosas más bellas de la noche fue ver cómo toda la familia de Caro apoyó esta “idea loca”. Estuvieron ahí no solo para presentarnos el proyecto familiar Aides Real Estate, sino también para decirle: “We’ve got your back”.
Gran cierre
A la mañana siguiente despertamos en pijamas de satín de TANA (la mía era rosada, bellissima), con un carrito de KahKow con su chocolatico caliente. Desayuno riquísimo + un discurso de la host que nos sacó lágrimas a todas. Y ahí, entre bocados y confidencias, tomé la palabra. No suelo hacerlo, pero sentí que tenía que decirlo: hace unos años le sugerí a Carolina que su proceso creativo y de marca necesitaba ajustes. Ver cómo ha evolucionado su marca, cómo ha afinado su propuesta y cómo nos hizo sentir durante este viaje… fue muy especial. Porque sí, ha crecido. Y verlo de cerca fue emocionante.
Antes de despedirnos, Carolina nos regaló un hoodie de la marca —un cierre perfecto para un viaje que fue más que moda: fue una celebración de lo que se puede lograr cuando se cree en una visión.
3 cosas que me dejó este viaje a la Riviera (de Carolina):
Que la evolución también se nota en el silencio… en un empaque mejor pensado, una mesa más cuidada, una colección que habla sola.
Que renovarse es parte de crecer —como marca, como mujer, como creadora.
Y que cuando te rodeas de mujeres que suman, todo florece. Hasta tú.