Jetour y Pilates: la ruta más cool para probar la T2 y activar cuerpo y mente
Jetour nos movió… pero también nos hizo reír, sudar y reconectar.
El Jetour x Pilates Day fue una experiencia diseñada para activar cuerpo, mente y motores. Todo comenzó en el showroom de Evaristo Morales, donde nos esperaban café y matchas de Casa Diccia, un mood delicioso y dos anfitrionas / embajadoras de la marca que se tomaron su rol muy en serio: Patricia Peña y María Boyero.
Patricia, a quien conocemos por ser una estratega de marca personal brillante, nos está mostrando su lado más auténtico (y cómico), y María, que ya es un hit con su contenido de humor, fue la combinación perfecta para hacer de este evento algo muy diferente.
A mí me tocó ir en la Dashing de Patricia, que juraba que yo iba a ser su passenger princess, pero la verdad es que terminé siendo su passenger prisoner. Entre risas, curvas dramáticas y su humor inesperado, fue una aventura sobre ruedas.
La caravana de Jetour nos llevó al estudio Motion Core, donde el profe Emilio nos puso a temblar con una clase de pilates intensa que todavía siento. Spoiler: no gané la rifa de clases (todavía me duele), pero salí feliz, sudada y con el core on fire.
Cerramos de vuelta en el showroom de la 27 de Febrero, con un burrada bar chef’s kiss, más café, cervecitas frías y ese tipo de energía que solo se da cuando combinas wellness con gente divertida.
Jetour no solo te lleva a tu destino. Te impulsa a disfrutar el camino. Y si es con mujeres que te hacen reír hasta en los semáforos… mejor todavía.
Tres cosas que me dejó el Jetour x Pilates Day:
La risa también es cardio. Compartir el ride con Patricia fue terapia, pilates emocional, stand-up comedy y teme por tu vida (hahahah) todo en uno. Creí que sería su passenger princess y terminé como su passenger prisones. Y sí, las carcajadas cuentan como abdominales.
Las marcas que crean experiencias, permanecen. Jetour es de las más activas que conozco: sus eventos son divertidos, bien pensados y efectivos. Han ganado visibilidad, comunidad… y ventas. Porque no basta con llegar: hay que mantenerse presente en la mente –y en la vida– de la gente, más allá del producto que ofreces, es decir, a través de experiencias innovadoras.
Hacer algo en comunidad de chicas, transforma la energía. Tomar una clase rodeada de mujeres que vienen a disfrutar, no a competir, es otra cosa. Te permite ser tú, temblar sin pena, reírte sin filtro y disfrutar sin presión. Y eso, se agradece.